Por Paola Ramírez Vega
Nutriterapeuta en Medicina Biologico Ortomolecular
p.andrearamirez@yahoo.cl
La
televisión, en este momento está causando estragos en la salud de los niños, pese
a las “buenas” intenciones de los padres. Si nos detenemos a analizar la
situación epidemiológica observada en el país en los últimos 30 años,
claramente podremos ver que esta muestra una prevalencia creciente de obesidad
infantil, en donde estilos de vida
relacionados con una alimentación inapropiada y la falta de actividad física
constituyen factores de riesgo posibles de prevenir y controlar. En Estados Unidos, diversos estudios
han estimado que los niños destinan entre 21 a 22 horas semanales a mirar
televisión, de las cuales alrededor de 3 horas corresponderían a publicidad de
alimentos. En un 91% de los casos, esta publicidad se refiere a snack y
chatarra con un elevado contenido de grasa, azúcar o sal...
Un estudio
relevante, en el factor de riesgo escolar.
La
obesidad en Chile, representa el principal problema nutricional de la población
escolar, el cual se ha visto mayormente
acentuado en la adolescencia.
En
la década del 2000, el INTA diseñó una encuesta, para tener una certeza de como
influía la publicidad televisiva en la mala alimentación de los escolares del
país. Se seleccionó 2 escuelas que tuvieran un mínimo de 25 alumnos por curso
en comunas de Melipilla, Copiapó, y
Dalcahue. Grupos homogéneos en cuanto a sexo y edad.
Accesibilidad: El 91,9% de
los escolares encuestados veía televisión todos los días, lo que representa
también su exposición a los mensajes televisivos. No se encontraron diferencias
significativas por comuna o por sexo.
Retención
de los mensajes publicitarios “alimenticios”: El 88,7% de los
escolares recordó mayormente comerciales, sin diferencias significativas entre
ellas. El 38,5% de los escolares prefirió los comerciales de productos
envasados dulces y salados como las papas fritas, ramitas, suflitos, chocolates,
galletas y otros snaks de características similares.
Publicidad
de alimentos y conductas alimentarias de los escolares: El 71,9% de los
escolares de las 3 comunas manifestó su interés por probar los alimentos nuevos
que aparecen en la televisión, en tanto el resto indicó que prefería seguir con
lo acostumbrado (ya citado anteriormente). El 34,3% del total de los escolares,
indicó que «siempre» disponía de dinero en la escuela para comprar lo que
deseaba, destacando la comuna de Melipilla y un 64,2% disponía de dinero
«algunas veces», lo que en Dalcahue alcanzó a un 77,1%.
Los alimentos
que compran con su dinero: Tristemente aprox. un 68% del total de los niños
encuestados manifestó compran snacks con el dinero que llevan a la escuela,
casi el 20% bebidas de fantasía, al menos un 8% manifestó comprar yogurt y el
resto, otras cosas.
Es
increíble la capacidad de convencimiento
que tiene este aparato con los niños en
materia de alimentación. Los coloridos y divertidos comerciales lamentablemente
han hecho su buena parte en los hábitos de niños y adolescentes, una golosina determinada,
snacks, bebidas y cadenas de comida las
cuales con sus enganches de juguetitos han ganado la atención y preferencia de
los pequeños, ni hablar de la felicidad ofertada en las bebidas y sus
promociones, estas monstruosas compañías, sí que saben de marketing televisivo.
Ahora yo me pregunto, donde esta nuestra
creatividad como padres?, por que preferir que nuestros hijos se sienten a
jugar videojuegos o ver televisión la mayor parte del tiempo?, porque no
fomentar la lectura, o tan solo permitir que se aburra!!! Del aburrimiento nace
la creatividad, de ahí han nacido los grandes genios! ¿Por qué no darles esa oportunidad?
En
cuanto a las colaciones, la comodidad por darles dinero para el colegio puede
salir muy cara, claramente el maltrato a su organismo es significativo y
acumulativo.
Ni
hablar de la oferta de los kioscos en los colegios, esta sigue siendo la misma basura en la gran
mayoría. Donde está la fruta? Los frutitos secos? En fin… aún seguimos
esperando la ley que regule el tema.
La ley del
“Súper Ocho” en Chile
En
respuesta a las encuestas y altos casos de obesidad infantil y diabetes en los
colegios, se presentó este proyecto de ley, el cual busca disminuir el consumo
de “alimentos” artificiales en los centros educacionales del país.
Luego
de una larga discusión, el 6 de
julio de 2012 fue publicada la Ley Nº 20.606 de Composición Nutricional de los
Alimentos y su Publicidad.
En
lo sustancial, la ley dispone que los fabricantes, productores, distribuidores
e importadores de alimentos informen en
sus envases los ingredientes que contienen, incluyendo todos sus aditivos y su información nutricional.
Prohíbe
la comercialización de alimentos altos en grasa, sal y azúcar en los
establecimientos de educación parvularia, básica y media.
Prohíbe
la publicidad de estos alimentos y la entrega de regalos como gancho para
la venta de alimentos destinados a los menores de 14 años.
Para
esta labor, Minsal encargó al Instituto de Nutrición y Tecnología
de los Alimentos (Inta) de la Universidad de Chile elaborar una
propuesta, a partir de la cual se adoptarían los principios básicos del citado
reglamento. En noviembre de 2011, este instituto presentó un informe, que se
dio a conocer a la opinión pública en abril de 2012, generando más de alguna
crítica y pataleo en el área empresarial alimenticia.
La gran espera!
Si bien esta Ley entrara en vigencia el próximo 6 de
julio del 2013, su aplicación finalmente tomara más tiempo tomará más tiempo. Así
lo confirmó el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien indicó que el
reglamento de la ley concederá seis meses adicionales a la industria para “adaptarse”
a las nuevas restricciones y a las formas de presentación que deberán
cumplir casi el 18% de los productos envasados que están a la venta.
Sólo a comienzos de 2014, los productos calificados
como poco saludables deberán llevar una etiqueta en su envase que alerte a los
consumidores. Me pregunto, como si la ley fue a probada hace casi un año,
recién después de entrar en vigencia comenzaran con los preparativos de
adecuación?, ¿Por qué no se comenzó en el momento de su aprobación si la
industria ya sabía lo que venía?.. PURO NEGOCIO!, La industria alimentaria en
este país jamás pierde.
La
Rotulación: El reglamento de la norma fijará un límite para el
contenido de azúcar, sodio, energía y grasas saturadas por cada porción de un
producto. En
caso de que este tope se exceda (como ocurre con gran parte de los snack y
golosinas) los envases deberán incluir un mensaje de advertencia que informe a
los consumidores que el producto es “Alto en” cualquiera de los nutrientes
críticos y estaría fuera de la comercialización en colegios y universidades.
Deberán
declararse todos los ingredientes y las cantidades de estos, incluidos los
tipos de preservantes utilizados de manera que sea una información transparente
a la comprensión de los consumidores.
Puedo
decir, que gracias a la publicidad, existe ignorancia y desentendimiento en la
población común, el alto consumo de productos de alta densidad energética y
elevado contenido de grasas saturadas, azúcar, harinas blancas, sal,
persevantes, colorantes y hasta los envases de estos mismos contribuyen en
forma importante a la ingesta energética total y a la creciente prevalencia de
la intoxicación del organismo reflejada en sobrepeso, obesidad y diabetes
infantil observados en Chile en los últimos años.
Esto
pone de relieve una vez más, no sólo la necesidad de educar en nutrición a la
población escolar y su familia, sino también la de mejorar las condiciones
ambientales adversas relacionadas con la baja oferta, alto precio y escasa o
nula publicidad de los alimentos saludables.
“Cambios en el
estilo de vida no sólo permiten que la esperanza de vida prolongada sea de
mejor calidad, sino que también favorecerá la disminución de la morbilidad y
mortalidad por enfermedades crónicas, principalmente las enfermedades
cardiovasculares, colesterolemia y diabetes infantil”