Por. Paola Ramírez Vega
Articulo publicado en la Edición 79 de el periodico de Salud "El Guardian de la Salud"
Santiago
de Chile.
En
este mundo en el que hoy vivimos, en
donde los alimentos sobre procesados y con escasísimo valor nutricional son pan
de cada día, podemos terminar volviendonos
“adictos” a venenos literalmente enmascarados. No es muy difícil hacer una
estadística al azar clasificando los problemas de salud que estos nos causan.
Pero no entrare en ese detalle, debido a que tanto usted como yo sabemos que la
mayoría de las enfermedades modernas son a causa de una mala nutrición. Y no me
refiero únicamente a obesidad y diabetes, va mucho más allá… ahora se trata de
nuestro preciado estado de ánimo…
Nuestro
cerebro, es el responsable del consumo del 20% de la energía que extraemos de
los alimentos. Suena exagerado si tomamos en cuenta que representa solo entre
el 2 y 3% de nuestro peso corporal. Su funcionamiento requiere principalmente
de oxigeno y glucosa, aunque también son necesarios otros nutrientes para el
desarrollo de funciones como concentración, memoria y pensamiento.
Ciertos nutrientes desempeñan una
labor específica en el funcionamiento del cerebro y las neuronas, y el cerebro requiere una alta
cantidad de ellos debido a que alberga al 90% de las neuronas.
Una
alimentación deficiente, produce carencias específicas de vitaminas y
minerales, los cuales se ven manifestados en sensaciones como nerviosismo,
cansancio, irritabilidad, ansiedad, falta de concentración, apatía, escasez de
libido, e incluso DEPRESIÓN.
La
Serotonina, es un neurotransmisor (mensajero químico), relacionado con el
estado de ánimo, buen humor y sueño saludable debido a que ésta determina
nuestros ciclos de sueño y vigilia como
si fuera un reloj interno de nuestro cuerpo, aumenta la liberación de hormonas
de crecimiento y suprime el apetito (estados de ansiedad). Es sintetizada a
través del TRIPTOFANO, Y SU CONCENTRACION EN EL CEREBRO, ES DIRECTAMENTE
PROPORCIONAL A LA CONCENTRACIÓN DE ESTE AMINOACIDO EN EL PLASMA SANGUÍNEO. O
sea, mientras más triptófano consumimos en nuestra alimentación, más serotonina
es sintetizada en nuestro cerebro… Me parece genial, tomando en cuenta todo lo
que se podría ahorrar en drogas farmacéuticas para la ansiedad, dolores de
cabeza, estrés, depresión, etc.…
“Si hay una droga que puede
alterar la bioquímica del cerebro, generalmente hay una combinación de
nutrientes que puede lograr lo mismo, sin los efectos secundarios…”
Dr. Carl Pfeiffer (1908-1988)
Miembro original del Comité de
Terapia de la Asociación Americana de la Esquizofrenia
Los
neurotransmisores, son componentes químicos que producen excitación entre las
neuronas, lo que hace que estas se comuniquen entre si y puedan transmitir sus
mensajes.
La
serotonina es la única neuro-hormona que puede impedir o interrumpir el aumento
de la formación de hormonas de estrés como cortisol, adrenalina y noradrenalina
conocidas más popularmente como parte de la “cascada de estrés”, la cual al
igual que la dopamina son neurotransmisores relacionados directamente con los
estados de angustia, ansiedad, miedos y niveles de violencia y agresividad. De
esta manera la serotonina ayuda a regular
niveles de agresividad en casos de tensión nerviosa.
La serotonina es necesaria en la elaboración
de melatonina, hormona fabricada en la glándula pineal encargada de la
regulación de sueño-vigilia. Actúa como ansiolítico, ayudando así a controlar
problemas de sobrepeso.
El mejor amigo de nuestra serotonina, es el
triptófano, aminoácido esencial (solo se obtiene a través de la alimentación). Es uno de
los 20 aminoácidos incluidos en nuestro código genético, importantísimo para
que el cerebro pueda segregar serotonina. La vitamina B6 (piridoxina), juega un
rol fundamental en esta metamorfosis, puesto que interviene en la biosíntesis
de la serotonina a partir del triptófano. Además ayuda en la formación de
Vitamina B3 (niacina), por cada 60mg. de triptófano, nuestro organismo elabora
1 mg. de niacina.
Cabe
señalar que según la OMS la dosis diaria recomendada de triptófano es de 3,5
mg. por kilo de peso. Entonces si analizamos que 60 grs. de proteína , tiene 600 mg. de triptófano,
estaríamos consumiendo más del doble de la DDR. Lo que para nuestro cerebro es
sencillamente “FABULOSO”.
Aminoácidos:
compuestos orgánicos, obtenidos de una alimentación saludable. Los cuales son
utilizados por nuestro organismo para
crear sustancias como hormonas, proteínas musculares, neurotransmisores, para
la regeneración celular y más…
Según
un estudio del Servicio de Investigación Agraria (ARS) de EE.UU., adicionar
triptófano en la dieta de cerdas jóvenes, ayuda a reducir la agresividad en estas,
y se obtiene una reacción más sumisa, lo cual facilito su manejo en masas. A
través de este estudio se consiguió que aumentara el nivel de triptófano en
180% en cerdas de 3 meses de edad y un 85% en cerdas de 6 meses. (Obviamente,
hubo una mayor segregación de serotonina en estos animalitos)
Resultado: animales tranquilos.
El triptófano podemos adicionarlo
diariamente a nuestra alimentación, y con un poco de imaginación puede resultar
una preparación divertida ¡y deliciosa!.
Alimentos ricos en triptófano son: plátanos,
nueces, lácteos, queso, maní, pavo, huevos (orgánicos), soja, tofu (queso de
soja), piña cruda, semillas de zapallo, pan integral, legumbres, entre otros.
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